febrero 22, 2009

Matilde

Cuando quieras puedes volver hacia atrás los años, aunque casi una década te separe de aquel entonces.

Puedes de nuevo mostrarte inocente, desentendido y ajeno a cualquier tipo de moral.
Puede, otra vez, parecerte todo un juego inconsecuente y absolutamente ajeno al peligro.
Puedes hacer de cuenta que nos sabes lo que es problema, o lo que no lo es; mirar más allá de lo que tienes frente a tus ojos, sintiendo con explosión y novedad todo esto que ahora te sucede.
Todo sorpresa. Todo irreal.

.....................................................................................................

Ella decidió retroceder algunos años, dejándose llevar por emociones; tentándose con ofrecimientos curiosos y promesas de ensueños.
Salió como de costumbre, con los nervios acelerándole, con el tiempo corriendo a su alrededor y la ansiedad quemándole los pies al caminar.

Llegó envuelta por los nervios. Respiró hondo sin poder sostener la mirada al verlo.
Encendió un cigarro y observó hacia abajo, esquivado cualquier palabra entre los dos, con una timidez que jamás se habrían aceptado.

Ella jugaba con otros entre risas y anécdotas olvidando su presencia en aquel lugar, o más bien esforzándose por olvidarla.
Intentaba escapar entre amigos, escondiéndose en la multitud, como si así lograra la distancia, haciendo de cuenta que él ya no se encontraba allí.

Se convenció con otros, repitiendole a su corazón que así sería mejor...que volviéndose egoista lo negaba en un sin fin de pensamientos, sin sentido alguno ni mucho menos dirección...

Matilde logró engañar su mente, casi tanto como a su corazón...tan sólo para evitar lastimarlo como alguna vez él se lo reclamó...tan sólo para permitirle ser libre y así lograr en su alma algún tipo de perdón...

Aida, 09